¿Por qué no pueden convivir los libros impresos con los recursos digitales en el sistema educativo? Esta es una de las preguntas que se hace Miguel Beas, profesor jubilado de la Universidad de Granada. A su juicio, el problema no radica en el formato de los recursos sino en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en el cerebro de cada alumno y donde ocupa un lugar prioritario, básico o fundamental la lectura profunda. Por ello, apuesta en este artículo por analizar cómo se utiliza, con qué finalidad y qué sujetos. 240308ART-ANELE-SOBRE EL USO DE LOS DIFERENTES LENGUAJES EN EL AULA