¿Juegan un papel relevante los libros de texto, en papel o digital en las aulas? Esta es una cuestión que suscita debate en el contexto educativo actual. En los últimos años se han realizado investigaciones sobre el papel que los libros de texto tienen en nuestros sistemas educativos. En 2019, la consultora Análisis e Investigación presentaba los resultados de un estudio realizado en España. En este estudio se concluía que el libro de texto continúa teniendo un papel esencial en las aulas y es considerado por profesores, padres y docentes como una de las principales herramientas educativas.
Algunos de los datos de este estudio mostraban que la práctica totalidad de los docentes (91,3%) utiliza el libro de texto en alguna medida, en cualquiera de sus formatos, y el 64,7% de los docentes de primaria y el 71,5% de los de secundaria lo emplean mucho o bastante en sus clases. El 42,5% de los profesores (44,9% de los de secundaria) se apoya en los libros de texto para la organización de las clases. La mayoría de los docentes, el 54%, (60,5% entre los de secundaria), así como el 63,9% de los padres (67,1% de los que tienen hijos en secundaria) considera que, en el momento actual, no sería positiva una enseñanza sin libros.
Ahora, en Inglaterra se ha llevado a cabo un estudio elaborado por Public First para la Publisher Association, que analiza el papel de los libros de texto en su sistema educativo. Resulta de interés este estudio porque el sistema educativo inglés difiere del español en que hace ya bastantes años que dejó de emplear la prescripción de libros de texto. No obstante, estas herramientas, como se destaca en el estudio, siguen teniendo importancia a la hora de desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El estudio cuenta tanto con una investigación cualitativa, a través de la organización de grupos de discusión con profesores, como cuantitativa, desarrollada con una encuesta a nivel nacional entre 1.000 profesores de toda Inglaterra.
Recogemos en este artículo algunas de las principales conclusiones del informe “How do teachers use textbooks”.
1.Los profesores de todas las etapas escolares y niveles de experiencia valoraron positivamente la utilización en el aula de libros de texto y otros materiales de pago no creados por ellos. El 72% de los profesores estaban de acuerdo con la utilización de materiales físicos. Y casi 6 de cada 10 profesores utilizan de manera regular o semirregular materiales de pago. Lo que aporta cada material, según los profesores, es:
- Materiales físicos – mayor calidad (28%).
- Materiales digitales – permiten a los alumnos acceder a ellos desde casa (40%).
- Materiales online – son más fáciles de adaptar (46%)
2. La opinión predominante fue que los libros de texto proporcionan una buena base para la estructura del plan de estudios y pueden ofrecer una buena rutina a los alumnos para estudiar.
3. Según la encuesta, la principal razón de los profesores para elegir materiales de pago en lugar de crear los suyos propios es aliviar la carga de trabajo (52%). La media de tiempo que los profesores dedican a planificar una lección media es de 30 minutos. Sin libros de texto, y en base a las respuestas del profesorado, se calcula que el profesor medio necesitaría trabajar 5,7 horas más a la semana para planificar sus clases. Para satisfacer esa demanda de tiempo sin aumentar aún más su carga de trabajo, el sistema estatal necesitaría otros 52.250 profesores en el sistema, lo que supondría un coste de casi 3.000 millones de libras al año.
4. Los encuestados valoraron positivamente la calidad de los libros de texto disponibles actualmente en el mercado y muchos se mostraron satisfechos con la variedad de opciones disponibles.
5. La mayor reticencia al uso de libros de texto por parte de los participantes en los grupos de discusión no era el coste o la calidad de éstos, sino el querer hacer diferenciaciones entre los alumnos y mantener un grado de autonomía del profesor en la planificación de las clases. La sensación de que «nadie conoce mi clase mejor que yo» o de que «los libros de texto no servirán para mi clase» fue repetida en muchas ocasiones. También expresaron su preferencia por combinar varios materiales o modificar los programas establecidos para hacerlos más apropiados para sus alumnos. El escepticismo al uso de los libros de texto proviene de la sensación de que éstos deben ser materiales fácilmente adaptables al contexto específico del profesor y a la necesidad de atender a los distintos niveles de rendimiento. Entre casi todos los encuestados, la sensación de que no serían capaces de hacer esa diferenciación y adaptación para cada alumno y clase es lo que ha impulsado el recelo a su uso.
Para la mayoría, el estigma provenía de la idea de que los niños no serían tan participativos en una clase que utilizase libros de texto. Muchos profesores mencionaron la dificultad percibida de conseguir que los alumnos se concentren en un texto y un ejercicio concretos de un libro, especialmente en los colegios públicos.
6. Entre algunos de los encuestados también existía la sensación de que mostrar y recalcar su propio estilo personal en las clases era parte integral de su trabajo como profesor.
7. Tanto en los grupos de discusión como en la encuesta, había una sensación real de estigmatización entorno al uso de los libros de texto por parte de los profesores: el 44% afirmó la existencia de un estigma entorno a los profesores que utilizan libros de texto. El 33% de los profesores afirmó en que su dirección superior prefiere que creen sus propios materiales, y el 38% creía que la formación que habían recibido mostraba esa misma preferencia.
8. Cuando se habló de los cambios recientes debidos al Covid-19, tanto en la encuesta como en los grupos de discusión, hubo un grado razonable de interés por mantener algunos aspectos de la enseñanza a distancia tras la experiencia vivida, en particular la aceleración de la utilización de materiales digitales, aunque no la implementación de una estrategia digital. Antes del cierre de los centros, el 40% de los profesores afirmaba que utilizaba predominantemente materiales físicos, pero esta cifra se ha reducido al 19% al ver la posibilidad de combinar materiales físicos y digitales de cara al futuro (en los próximos 5 años).
9. Sin embargo, la mayoría de los profesores de los grupos de discusión consideraron la interrupción digital como un obstáculo, ya que tuvieron poco tiempo para reflexionar sobre lo que esto significaba para su enseñanza a largo plazo. Su atención se centró sobre todo en querer que los niños volvieran a clase para poder enseñar de manera presencial. Tampoco ha habido una opinión firme por parte de los participantes de que la Covid-19 condujera, o no, a un cambio más estructural en el uso de los materiales digitales.
SE PUEDE CONSULTAR EL ESTUDIO COMPLETO AQUÍ
