Ashar Johnson Khokhar. Forman Christian College
El último número de la Revista de educación del MEFP, en su versión bilingüe, Nº 392, recoge esta investigación, lejana culturalmente, pero cercana por los acontecimientos relatados de la Historia contemporánea.
El estudio es interesante porque muestra cómo en Pakistán utilizó el currículo y los libros de texto de historia para construir una determinada noción de identidad y un Estado. Hablamos de un país de más de 200 millones de habitantes, que se independizó del Reino Unido en 1947, con cinco lenguas oficiales habladas: urdu, pastún, burushaski, panyabí e inglés, donde el 75% de la población profesa el Islam sunní, el 15% el Islam chií, pero también con presencia del hinduismo con 1,85%, el cristianismo con 1,59%, los ahmadis con 0,22%, otras religiones con 0,07% y un 1% estimado de la población que no siguen religión alguna. A continuación, mostramos un breve resumen del estudio realizado por Ashar Johnson Khokhar de la Universidad Cristiana de Forman.
Este comienza señalando que los libros de texto son la única fuente para comunicar información considerada verdadera, de incuestionable precisión y cuya autenticidad no podría ser cuestionada por nadie. Los estados, en colaboración con los regímenes de los libros de texto en Pakistán, emplearon esta herramienta educativa para impartir una determinada noción de identidad, de “nosotros” y de “ellos”, mediante la construcción y presentación de una narrativa estatal al alumnado. El método de estudio adecuado para esta investigación fue el análisis de contenido cualitativo y se analizaron 9 libros de texto de historia. Los libros habían sido seleccionados para su publicación por las autoridades estatales. El análisis de los libros de texto reveló que los escritores utilizaron estrategias de representación (positiva y negativa), unificación, evasión y trivialización para crear la idea de ‘nosotros’ y de ‘ellos’ a través de imágenes de invasores y conquistadores, de lo social, cultural, político, influencias económicas y religiosas, y del impacto en el subcontinente indio y su gente.
El estudio señala que ‘los mensajes que se originan en las narrativas de los libros de texto son más aceptables para los alumnos, ya que son la única fuente de información disponible para alumnos y profesores, lo que los convierte en la versión oficial de diferentes hechos históricos. Los libros de texto han atribuido el papel de legitimar la estructura establecida (política, social, cultural y social) en la sociedad ya que están “orientados a la enseñanza del pasado nacional y a generar una identificación con él”, y también contienen mitos, estereotipos y prejuicios etnocéntricos.’
Pakistán planificó su plan de estudios y políticas de libros de texto de acuerdo con las directrices para libros de texto preparadas por la UNESCO en colaboración con el Instituto Georg Eckert para la Investigación Internacional de Libros de Texto. Este documento consideró la educación y los libros de texto como una herramienta para resolver conflictos, al promover el entendimiento mutuo a través de la narrativa de la historia de una nación y diferentes grupos, étnicos y religiosos.
Los países de todo el mundo, señalaba en 2006 la UNESCO, debido a la migración masiva, han estado trabajando para desarrollar libros de texto de historia inclusivos, a medida que las sociedades monoétnicas y con uniconfesional se convierten en sociedades multiétnicas y multiconfesionales
La historia y la narrativa histórica se presentaron al alumnado en Pakistán, no sólo a través de los libros de texto de historia, sino también a través de los libros de texto en urdu e inglés, ambas materias básicas en el currículo. Estos libros de texto también se utilizaron para construir una cierta identidad paquistaní mediante la construcción de “nosotros” y de “ellos”.
Se centró en los libros de texto de historia de la escuela primaria, por la edad del alumnado, donde cualquier información que escucharon o leyeron se convirtió en parte de su construcción de quiénes eran, quiénes son y quiénes serán, es decir, pasado, presente y futuro. Su incapacidad para cuestionar y verificar la autenticidad de la información respaldó al estado para presentar su narrativa como información verdadera y auténtica. Los escritores de libros de texto (denominados escritores en el informe) y el régimen de libros de texto en Pakistán optaron por centrarse en una determinada era histórica del subcontinente y excluyeron intencionalmente una determinada era y personalidades de la narrativa histórica presentada a los estudiantes en los libros de texto de historia.
Se centró, también, en analizar las imágenes, presentadas a los estudiantes, de diferentes invasores y conquistadores en los libros de texto de historia. La construcción de estas imágenes también moldeó las percepciones de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sobre “nosotros” y “ellos”, donde algunos se presentaron como “nosotros” y otros se presentaron como “ellos”. La selección de contenido (a qué época y personalidad histórica se le debe dar espacio en los libros de texto y a cuál no se le debe dar ningún espacio) aunque debería ser una actividad académica, se convirtió en una actividad politizada en Pakistán.
El contenido fue seleccionado para construir y perpetuar una noción específica de identidad pakistaní, y las imágenes creadas de invasores y conquistadores permanecieron con los estudiantes por el resto de sus vidas y se convirtieron en parte de su sistema de creencias, dando forma a sus puntos de vista sobre “nosotros” y “ellos”, musulmanes, hindúes y europeos.
Los estados utilizaron la narración como herramienta para producir, hacer circular y fortalecer la imagen nacional y escribir y retratar sus orígenes en los mitos del tiempo y el espacio. La construcción de la identidad fue un proceso continuo y siempre fue tomando forma debido a la narrativa nacional que se encuentra en los libros de texto, como señala el Informe. Recoge también que otros estudios investigaron cómo el estado y su régimen de libros de texto en Pakistán construyeron su narrativa de construcción nacional e identidad y encontraron que la élite gobernante en Pakistán no se centró en la construcción de la nación sino en la construcción de cierta noción de identidad para sostener su control hegemónico.
La narrativa histórica de Pakistán de los años 70 y 80 presentó a la India hindú como el archienemigo del estado musulmán de Pakistán. El régimen de libros de texto presentaba al alumnado eventos históricos que eran falsos y, a través de estas representaciones, crearon a los hindúes como el “otro” en los libros de texto de historia.
El propósito de esta investigación fue identificar el “nosotros” y el “ellos” a través de la presentación de personas y eventos en los libros de texto de historia de primaria y, concluye su autor recomendando que, el ejercicio de diseño de libros de texto de Historia se aborde como una disciplina que cubra toda la información histórica sobre personas, cultura, tierras y logros.