ANELE ha participado en las jornadas profesionales de LIBER 2020, que este año se ha celebrado de manera virtual como consecuencia de la pandemia del COVID-19, con una mesa en la que se ha analizado el papel de ‘Los contenidos educativos durante la pandemia’. José Moyano, presidente de ANELE, y Ángel L. González, representante de ANELE en la International Publishers Association (IPA) expusieron cómo durante el confinamiento se hizo patente la importancia de contar con contenidos educativos de calidad en todos los formatos para hacer posible el proceso de enseñanza y aprendizaje. De hecho, durante esos meses, las editoriales pusieron a disposición de la comunidad educativa (alumnado, profesorado, padres y madres) contenidos a través de sus plataformas, que han incrementado su uso exponencialmente.
Resaltamos algunas de las conclusiones extraídas de este encuentro:
- Los contenidos educativos han contribuido a dar continuidad al proceso de enseñanza/aprendizaje. Desde el 14 de marzo, con el cierre de los centros educativos el reto era dar continuidad a la labor educativa.
- El sector editorial respondió en 24 horas al reto provocado por el COVID-19, y el profesorado fue consciente que el sector editorial estaba para ayudar.
- La disposición de todas las editoriales asociadas a ANELE fue total e inmediata, incrementando su oferta de contenidos y facilitando multitud de herramientas. Un catálogo de más de 55.000 títulos disponibles en abierto. Muchos de los libros de texto ya disponían de su licencia digital o la posibilidad de conectarse a través de las plataformas editoriales que han enriquecido la oferta de contenidos online ante la difícil situación provocada por el COVID-19 también en el ámbito educativo.
- Las editoriales asociadas a ANELE han repartido más de 3.500.000 licencias de acceso a profesorado, alumnado y familias, más del 50% solo en las primeras semanas del confinamiento. Para muchos docentes era la primera vez que trabajaban en remoto y a distancia, lo que supuso para el sector afrontar el soporte tecnológico-pedagógico y también la formación de usuarios, además del coste del crecimiento del tráfico de datos en la web.
- El coste estimado de poner a disposición de la comunidad educativa no solo los contenidos sino todos los servicios digitales, se ha valorado en 30 millones de euros en el primer mes y medio del confinamiento, y que no ha sido repercutido al usuario en ningún momento.
- Esta respuesta inmediata del sector editorial alivió la situación del profesorado, que se vio desbordado, logrando prestar un insustituible apoyo a las familias. El desafío afectaba a toda la comunidad educativa. El sector editorial, como han recogido varias encuestas realizadas principalmente al profesorado, estuvo muy acertado frente a la situación de brecha digital y de conectividad que quedaba al descubierto.
- En paralelo, y a petición del Ministerio de Educación y Formación Profesional, las empresas asociadas a ANELE, decidieron sumarse a la iniciativa de televisión familiar con el canal Clan TV Educativa casi de forma inmediata.
- En definitiva, los editores pusieron de manifiesto su contribución al mantenimiento de la labor educativa durante la etapa del confinamiento logrando dar un servicio importante y eficiente para superar una brecha con tantas variables, que no solo es digital, sino social, de formación, etc, de la que estamos aprendiendo.
Otros aspectos que tanto José Moyano como Ángel L. González quisieron destacar que durante todo este proceso ha habido un apoyo escaso de las Administraciones educativas en lo referente a contenidos, soportes, formación o servidores, que contrasta con otros países europeos como Alemania, Dinamarca o Suecia.
En España el foco estaba centrado en la brecha digital de un 30% del alumnado, sin un dispositivo adecuado o sin conectividad, contrastando con la información que hasta el momento se tenía sobre el tema.
- Esto provoca una incalculable y opaca compra de todo tipo de dispositivos, sin oferta pública, directa y al contado, por parte de las Consejerías, Delegaciones, Ayuntamiento o el Ministerio, haciendo casi imposible saber exactamente cuántos dispositivos se han comprado para paliar esta brecha digital o si han llegado a sus usuarios.
- Solo el 29% de los docentes han recibido apoyo de las Administraciones educativas para trabajar en línea.
- Se ha obviado la competencia digital del docente. Según datos de la OCDE solo el 40% del profesorado tiene un nivel mínimo de competencia digital, pero estimamos que está en torno al 60%, lo que puede impactar en el éxito del alumnado, por muchos dispositivos que se compren.
- El sector editorial ha ayudado al profesorado desarrollando recursos, disponibles en la web: tuslibros.anele.org, con el fin de facilitar la adquisición de esa competencia digital (videoconferencias, programas específicos de ordenador, etc.).
- Proveer de material educativo tanto impreso como digital es fundamental para el 90,31% del profesorado.
- La empresa Análisis e Investigación, en su ‘Estudio del papel y valor de los contenidos educativos en las aulas’ de 2020 señala que ‘solo el 8,7 de los docentes en España no utiliza nunca el libro de texto’. Llama la atención que las Administraciones educativas no lo tengan en cuenta.
Pasado el impacto de la primera ola e inmersos en la segunda, es necesario considerar algunas cuestiones importantes:
- Dar valor al contenido educativo digital de calidad como parte fundamental dentro de cualquier proceso de enseñanza/aprendizaje
- Exigir inversiones económicas en Educación coherentes, donde el contenido, la tecnología y la formación estén equilibradas.
- Tener en cuenta la importancia de definir un modelo digital sostenible y lo más centralizado posible, donde el rol de los centros educativos, editoriales y familias esté claramente definidos.