La educación tiene un papel elemental a la hora de promover y reforzar unos hábitos de vida saludables que impliquen el bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes. Estos hábitos, aprendidos durante la infancia, repercutirán en una salud mental más positiva durante la vida adulta, una tasa menor de abandono escolar y, en general, en una sociedad con menor índice de violencia. Por ello, promover la salud mental y psicosocial desde los centros educativos se convierte en un paso primordial para lograr el avance de nuestra sociedad.
La organización Salud Mental España quiere establecer como una prioridad el cuidado de la salud mental en la infancia, para así poder prevenir posibles trastornos en la edad adulta. La OMS estima que aproximadamente entre el 5-15% de la población infantil presenta algún problema psicológico que, además de afectar a su vida social, disminuye sus oportunidades educativas, vocacionales y profesionales. Afirman, además, que existe una estrecha relación entre trastornos mentales infantiles y adultos, reflejando la continuidad que manifiesta esta problemática. Por ello, es esencial prevenir desde edades muy tempranas cualquier tipo de trastorno psicológico que se manifieste en los más pequeños.
Los centros educativos son un enclave muy relevante a la hora de prevenir y tratar los problemas psicológicos de niños, niñas y adolescentes. Como bien menciona el estudio “Prevención de los Problemas Emocionales en el Contexto Educativo: eficacia del Protocolo Unificado para el tratamiento transdiagnóstico para adolescentes” elaborado por el Consejo General de la Psicología de España, los problemas psicológicos de los jóvenes son un asunto de salud pública, ya que pueden alargarse durante toda la vida de una persona y repercutir en los ámbitos sociales, familiares y laborales de la misma.
Este estudio asegura que, respecto a los problemas emocionales de niños y jóvenes, las aulas son “un lugar óptimo para [su] prevención e intervención, puesto que, después del ámbito familiar, es el lugar donde más se interactúa con las y los menores, generando experiencias significativas que les ayudan a construir su identidad, establecer relaciones interpersonales y desarrollar habilidades emocionales como la resiliencia y el autocontrol”.
El bienestar psicológico es un factor indispensable para el aprendizaje y la vida escolar y académica satisfactoria de los alumnos. Es esencial construir centros educativos en los que se tenga en cuenta la salud psicológica de estudiantes y profesorado, y donde se creen programas y acciones que prevengan y pongan solución a problemas emocionales como la ansiedad o la depresión.
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