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Mapa del abandono educativo temprano en España (Parte 2)

By 18 noviembre 2021No Comments
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El informe ‘Mapa del abandono educativo temprano en España’ publicado por la Fundación Europea Sociedad y Educación hace un análisis en profundidad sobre uno de los problemas más graves de la educación en España: el abandono educativo temprano (AET).

En este segundo apartado, mostramos algunas conclusiones y recomendaciones que intentan desgranar todos los factores que inciden en el problema con el objetivo de localizar los posibles fallos del sistema, así como las oportunidades de intervención; de forma que puedan servir a las instituciones públicas y privadas para la definición de los instrumentos capaces de revertir el alto índice de abandono educativo temprano y alcanzar los objetivos marcados en este ámbito.

 

De tipo cuantitativo 

El fracaso escolar o no haber completado con éxito la educación secundaria obligatoria constituye una característica común de una parte muy destacable de los jóvenes que abandonan sus estudios. Este fenómeno guarda relación con el entorno socioeconómico de los jóvenes y sus hogares, ya que tanto la renta familiar disponible como el país de origen y el nivel educativo de los padres y madres influyen de manera decisiva en las cifras de abandono. La vulnerabilidad económica del hogar, junto con la existencia de unos niveles de estudios escasos en los progenitores, pueden ser factores determinantes del aumento de la tasa de abandono educativo temprano. 
El abandono educativo temprano (AET) se configura como un fenómeno claramente masculino, que aumenta a medida que crece la edad de los jóvenes. De ahí que una intervención preventiva y temprana, focalizada en la educación primaria y en los alumnos varones, podría incrementar el éxito en la política del programa de reducción de la tasa de abandono.
Pese a que entre 2005 y 2020 se ha producido una importante reducción en la tasa de AET en España (48,4%), el índice promedio es todavía alto en comparación con otros países con nuestro mismo nivel de desarrollo, mientras que las diferencias regionales son muy abultadas. Las menores tasas las registra la cornisa cantábrica; el sur, el este de España y los archipiélagos, por su parte, concentran las mayores cifras. Detrás de esta diversidad regional se encuentra sobre todo la diferencia de sus factores socioculturales y económicos, junto con la diversidad de políticas y programas aplicados.

El análisis de la situación de los que abandonan la educación de manera temprana (AET) en el mercado laboral arroja los siguientes resultados:

  1. La tasa de empleo de los que abandonan suele ser menor que la de los que continúan los estudios y obtienen niveles educativos superiores.
  2. Los que abandonan sufren más el paro y tardan más en salir de él.
  3. Tienen peores empleos.
  4. Cuando se considera el tiempo desde el fin o el abandono de los estudios, los que abandonan sufren más la temporalidad y, además, reciben salarios algo menores.
  5. En la segunda etapa de la juventud, entre los 25 y 35 años, la situación de los que abandonan sigue siendo peor que la de los que continuaron los estudios.
  6. En periodos de bonanza, la situación de los que abandonan no es excesivamente mala, mientras que, durante las crisis, se deteriora mucho.
  7. No es lo mismo abandonar con la ESO que hacerlo sin haber obtenido ese título.
Fomentar el estudio más allá de la primera etapa de la secundaria es uno de los objetivos de la Comisión Europea; pero muchos de los indicadores laborales analizados en este informe muestran que, al menos hasta los 35 años, la brecha fundamental se da entre los que no han obtenido la ESO y el resto de los niveles. Sería necesario, por tanto, centrarse como objetivo prioritario en aquellos que están en riesgo de abandonar sin haber obtenido el título de la ESO, sin descuidar a su vez la continuación de los estudios más allá de la ESO.
Conviene remarcar que, si se elevara artificialmente el nivel educativo de la población —concediendo, por ejemplo, el título de la ESO a todos—, es dudoso que la situación en el mercado laboral de una parte de los que obtuviesen el título de manera administrativa mejorara sustancialmente. Esa falta de mejora laboral se reproduciría si las características personales que impiden aprobar los exámenes y obtener el título de la ESO influyesen negativamente en el éxito laboral. De ser así, aumentar el nivel educativo artificialmente, por vía administrativa, serviría de poco en el mundo del trabajo remunerado. En cualquier caso, investigaciones y evaluaciones en esta línea serían muy útiles para la toma de decisiones.

De tipo cualitativo 

A lo largo del estudio cualitativo llevado a cabo, se ha puesto de manifiesto que el abandono educativo temprano es un fenómeno complejo, multicausal y en el que interactúan factores personales (falta de motivación, percepción negativa sobre la propia capacidad, malas decisiones), factores asociados a la institución escolar (transiciones educativas, repetición, relación negativa con el profesorado, orientación insuficiente, bullying) y factores asociados al contexto (desestructuración y problemas familiares, malas influencias entre iguales, pertenencia a minorías). 

Una vez conocidos los factores desencadenantes de la decisión final de abandono desde la perspectiva del alumno, se pueden sugerir algunas medidas positivas dirigidas a la mejora de la situación actual.

  • Uno de los aspectos más llamativos es el escaso grado de conciencia de los alumnos en el momento en que se produce la decisión de abandono, un hecho que deja patente el alto porcentaje de arrepentimiento posterior respecto de dicha decisión. En ese sentido, parece lógico pensar en la necesidad de articular procesos de orientación educativa más eficaces que traten de mitigar los aspectos personales (atención personalizada), educativos (orientación académica y profesional) y sociales (consecuencias a largo plazo de la decisión) vinculados al abandono.
  • La vivencia de las clases escolares por parte de personas con trayectorias susceptibles de abandono suele ser, por lo general, muy negativa. Son muchos los que consideran, por una parte, que los aprendizajes de la escuela no son útiles para la vida; y, por otra, que los estándares de aprendizaje superan sus capacidades.

En este sentido, parece razonable llevar a cabo una flexibilización de los estándares de aprendizaje y de los mecanismos evaluativos, ya que las consecuencias a largo plazo de un alto porcentaje de abandono son más perjudiciales que las que se derivarían de dicha flexibilización. Además, en las escuelas se deberían articular de manera complementaria procesos de renovación pedagógica capaces de generar un vínculo mayor entre el alumno y la escuela.

  • Otro aspecto que merece reflexión es la percepción que existe del itinerario educativo exitoso. En ese sentido, sería oportuno que el sistema educativo admitiera formas de éxito escolar distintas de las más academicistas y dirigidas a la formación universitaria, así como ofrecer esta variedad de formas de aprendizaje de manera proactiva, y no como mera reacción frente al fracaso en el currículum general. En los alumnos que abandonaron el sistema de enseñanza se ha detectado un intenso rechazo hacia la institución educativa; un rechazo consolidado a lo largo de sus reiteradas experiencias de fracaso que, en muchos casos, retrasa o incluso llega a impedir el posterior retorno escolar.

En cuanto a la decisión de retorno, se ha visto cómo la relación entre los que abandonan y el mercado de trabajo (que se traduce en desempleo, empleo precario y estancamiento) es el principal desencadenante de dicha decisión, aunque también se recogen otros motivos como migraciones forzadas, el aliento familiar, o la simple necesidad de “hacer algo”. Desde el punto de vista institucional, estos son algunos aspectos que deberían marcarse como objetivos de mejora.

  • Respecto a los itinerarios de retorno, ha sido habitual encontrar alumnos que han pasado por distintas vías para reengancharse al sistema educativo, incluso de manera simultánea. En algunos casos, esa situación genera una complementariedad productiva que contribuye a que el alumno finalice los estudios matriculados; en otros casos, sin embargo, esa misma situación deriva de la falta de información y de una evaluación poco realista de las posibilidades de completar la formación escogida, provocando itinerarios erráticos y nuevos abandonos.

En ese sentido, sería sumamente recomendable articular canales de comunicación con los alumnos que se plantean retornar a la formación, de manera que conozcan adecuadamente las opciones de las que disponen y las exigencias que plantea cada una de ellas, y puedan tomar la decisión más provechosa en función de sus circunstancias.

  • Los esfuerzos públicos en relación con el abandono escolar deben ir dirigidos a evitar la decisión de abandono antes que a deshacerla. En ausencia de políticas públicas e instrumentos que favorezcan el retorno, quienes abandonan el sistema de enseñanza son abandonados por el sistema. Dado el gran volumen de abandono que caracteriza el caso español, es necesario incentivar programas que favorezcan las decisiones de retorno; para ello resultaría interesante desarrollar formatos de retorno al sistema educativo que implicasen una mayor colaboración público-privada.

 

Relacionadas con los programas e intervenciones 

La mayoría de los programas de prevención son financiados y ejecutados por las administraciones educativas o por los propios centros escolares. La mayor parte de los programas de retorno, por su parte, los desarrollan entidades sociales con financiación mixta o privada, y su número es considerablemente menor. 
Si bien la prevención constituye la clave de una política educativa, al mismo tiempo sería recomendable la existencia de un mayor número de programas dirigidos a los jóvenes que han abandonado el sistema educativo desde un enfoque holístico, abarcando, además del ámbito académico, el desarrollo personal, social y relacional.
Los resultados de la mayor parte de los programas desarrollados por las administraciones públicas no han sido objeto de evaluación; entre los programas promovidos por iniciativas sociales solo algunos han iniciado alguna evaluación externa que aporte evidencia sobre los resultados obtenidos.
El estudio evidencia la necesidad de una mayor coordinación de las administraciones en cuanto a las políticas sociales ante problemas complejos en los que intervienen diversas variables explicativas, como es el caso del abandono escolar: no solo de las consejerías de educación y empleo, sino también de administraciones locales, servicios sociales, Institutos de la juventud y cultura.
En el ámbito especifico de la Formación Profesional se observa un intento de mayor armonización por parte del Ministerio de Educación y Formación Profesional, que ha asumido recientemente mayores competencias en lo relativo a la formación profesional para el empleo.

 

Relacionadas con enfoques basados en el desarrollo integral del alumnado 

Desde el punto de vista de la investigación educativa, sería conveniente profundizar en los efectos de una concepción del hecho educativo bajo el concepto de Whole Child Development (WCD): la vinculación de este término al problema del abandono escolar temprano se propone en este informe como un punto de partida. 
Desde el punto de vista metodológico y del diseño de este estudio sobre el AET, los criterios para la recopilación de datos de tipo cuantitativo y cualitativo, así como la explotación de los mismos, han permitido ampliar el alcance y el interés del trabajo, al aplicar una perspectiva de desarrollo integral del alumnado. El abandono se estudia no solo como un problema del sistema educativo, sino como un problema de las personas que pasan por el sistema.
Desde el punto de vista de los recursos educativos y sociales para aplicar esta perspectiva de desarrollo integral, hay que reforzar la formación de los educadores y de los orientadores profesionales de los sistemas formativos y para el empleo para detectar a tiempo las señales que envían los alumnos en riesgo de abandono.
Como justificación adicional para la aplicación de este diseño en las intervenciones sobre abandono, los casos de estudio y otros programas reseñados muestran buenos resultados cuando los problemas subyacentes al abandono se abordan desde una perspectiva de formación integral. Sin embargo, se observa una carencia significativa de la importancia al crecimiento personal, parámetro sobre el que convendría profundizar para mejorar una respuesta sistémica al AET.
Desde el punto de vista del impacto de este enfoque, sería aconsejable reforzar el diseño de las intervenciones educativas bajo esta perspectiva DI, detallando actuaciones para el refuerzo de sus diferentes componentes y aplicar herramientas de evaluación ex ante, propiciando el estudio de casos piloto que puedan seguir longitudinalmente el desarrollo educativo y laboral de los estudiantes que han participado en estos programas.

 

Desde el punto de vista del desarrollo integral, el informe hace una recomendación para el conjunto de los operadores del sistema educativo: para que las intervenciones respondan a políticas de prevención y de retorno, para que abandonar no sea una opción, es imprescindible estrechar la cooperación entre las administraciones públicas y la iniciativa social, asumiendo la singularidad de cada centro, de cada familia, de cada profesor y tutor y, sobre todo, de cada estudiante.

Finalmente, el informe concluye citando el Documento de Bases sobre Liderazgo para una educación integral:

“Educar a cada ser humano no es adornar su existencia, sino ayudarle a completarse a sí mismo, capacitarle para funcionar como ser humano, es decir, aprender a ser hombre, a ser mujer; ello significa estimular hábitos, generar y comunicar valores, sobre todo, intelectuales y morales, porque son estos los que nos hacen crecer y nos distinguen como seres humanos, nos capacitan para la reflexión y para la acción, configuran nuestra conciencia y capacitan nuestra libertad, es decir, personas cuya razón ordena y cuya orientación ético-moral asigna una finalidad y un sentido a todo lo que hacen”.

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