La Fundación Ramón Areces[1] y la Fundación Europea Sociedad y Educación[2] publicaron en 2020 un Informe monográfico sobre el absentismo escolar: ‘LA IMPORTANCIA DEL ABSENTISMO ESCOLAR PARA EL DESARROLLO Y EL DESEMPEÑO EDUCATIVOS’.[3]
Sus autoras analizan el absentismo escolar, y señalan que es una cuestión que ocupa un lugar destacado en las agendas de política educativa. Se considera un factor relevante de la calidad de la educación y un indicador significativo no solo para las medidas de progreso y desempeño en la escuela, sino como descriptor de los niveles de aprendizaje de los estudiantes y de la rendición de cuentas de las escuelas.
Diversas evaluaciones han mostrado que el absentismo es sensible a intervenciones que incentivan la asistencia, a algunas que reducen las barreras para acudir a clase o que ayudan a paliar los efectos de la adaptación a la escuela, debidos a las circunstancias particulares de cada estudiante.
La monografía ofrece nueva evidencia sobre el absentismo escolar para los estudiantes de 15 años utilizando la información de PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnado), de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, años 2012, 2015 y 2018).
El Informe permite describir las tasas de absentismo ocasional (estudiantes que se ausentaron 1 o 2 días en las últimas dos semanas) y las tasas de absentismo más frecuente (estudiantes que se ausentaron 3 o más días en las últimas dos semanas), en 15 países que participaron en el estudio internacional. También ofrece información sobre qué subgrupos de estudiantes tienen unas mayores tasas de absentismo, así como cuánto importan el absentismo ocasional y el absentismo frecuente para el desempeño en matemáticas, lectura y ciencias, utilizando tanto los análisis descriptivos como los de regresión.
De forma consistente con lo sugerido por la literatura, los resultados muestran que los subgrupos de estudiantes que faltan a la escuela con mayor frecuencia son chicos, inmigrantes, de padres con un nivel educativo inferior a secundaria, repetidores, con bajas expectativas sobre el nivel educativo que alcanzarán en el futuro, con valores de sentido de pertenencia a la escuela y de bienestar subjetivo por debajo del promedio del país, y con niveles de acoso superiores al promedio del país.
El Informe también muestra que cuantos más días se ausenta un estudiante de la escuela, peor es su desempeño en los tres dominios cognitivos (matemáticas, lectura y ciencias).
Se destacan dos recomendaciones principales de investigación y de política educativa:
- Desde el punto de vista de la investigación, sería necesario seguir incrementando el conocimiento sobre los mecanismos que influyen en el absentismo y sobre la relación causal entre el absentismo y otros parámetros educativos, en particular, el de los resultados.
Sería especialmente relevante profundizar en la importancia que pueden tener la duración, el contexto, el nivel y la escala de provisión de las medidas, etc., a la hora de saber qué intervenciones funcionan, para qué grupo de estudiantes y en qué condiciones lo hacen, tanto para reducir el absentismo como para estimar el impacto de distintos grados de absentismo en otros resultados educativos.
- Desde el punto de vista de las políticas educativas, tanto los patrones descritos como la literatura que revisaron refuerzan la idea de que la monitorización y el tratamiento del absentismo son muy importantes. Existe, incluso, un reconocimiento de que el absentismo es un indicador adelantado de futuros problemas en el desempeño y logro educativos, cuya resolución permitiría una prevención y una acción por parte de la política educativa más eficientes, con beneficios tanto para los estudiantes como para la sociedad.
Ambas recomendaciones tienen una importancia mayor en el contexto que rodea la publicación de esta monografía, la pandemia causada por el COVID-19 y sus importantes consecuencias para la educación (García y Weiss, 2020).
La primera lectura de estas recomendaciones desde la perspectiva de la pandemia es la especial atención que debemos prestar a los estudiantes a quienes esta crisis de salud pública ha puesto en claro riesgo de abandono, un escenario que Naciones Unidas ha definido como una posible “catástrofe generacional” (Naciones Unidas, 2020).
La segunda lectura es que es crucial identificar las causas originarias de los problemas de absentismo para los distintos grupos de estudiantes que faltan a clase y para las distintas frecuencias en que lo hacen, con el fin de identificar y proporcionar los apoyos necesarios. La investigación sobre absentismo crónico y abandono escolar puede ser de gran ayuda en la búsqueda de soluciones a unos problemas que no estaban presentes al inicio de esta investigación y que ahora ponen al absentismo escolar en un lugar de atención prioritario dentro de las medidas educativas más urgentes.
Concluye el Informe que las intervenciones revisadas, en esencia, ofrecen una combinación de servicios destinados a la eliminación de barreras (abordando problemas logísticos) y a la mejora del clima escolar. También intentan incentivar la asistencia a clase, promover las buenas conductas, así como proporcionar unos contenidos curriculares y una instrucción más atractiva y estimulante para los estudiantes, que mejore el vínculo entre el alumnado, entre compañeros y la escuela, y despierte o reavive su interés por la educación.
Esta literatura se encuentra en fase incipiente y es posible que existan otros mecanismos o canales pendientes de ser investigados para determinar su influencia sobre el absentismo. También queda pendiente por determinar la importancia que puedan tener la duración, el contexto, el nivel y la escala de provisión de las medidas, etc., a la hora de saber qué intervenciones funcionan, para qué grupo de estudiantes y en qué condiciones lo hacen, tanto para reducir el absentismo como para estimar el impacto de los distintos grados de absentismo en otros resultados educativos.
Aunque no esté exenta de limitaciones, tal y como han destacado en este estudio, la evidencia de la práctica educativa y de la investigación sobre el papel crítico que tiene el absentismo en el desarrollo educativo es inequívoca. Nuevos análisis deberán seguir abordando con la máxima profundidad qué reflejan y miden las faltas a la escuela, cómo repercuten en otros aspectos educativos, cuáles son las razones por las que los estudiantes se ausentan y qué tipo de intervenciones son más importantes y eficientes a la hora de atenuarlo o evitarlo. Las numerosas razones esgrimidas en esta monografía justifican la necesidad de otorgar al absentismo escolar ese destacado papel dentro de la investigación educativa, así como una atención prioritaria y necesaria en las más inmediatas políticas educativas.
[1] https://www.fundacionareces.es/fundacionareces/es/
[2] https://www.sociedadyeducacion.org/
[3] Se puede consultar el Informe completo en : https://www.sociedadyeducacion.org/publicaciones/monografias-sobre-educacion/